Por:
Jairo Murillo Cruz
Cuando
se nos convocó a un Foro de comunicadores afro, muchas fueron las expectativas
y preguntas generadas, una de ellas cuales son los comunicadores afro invitados
y de qué manera pueden aportar a la construcción de una política pública sobre
este tema tan complejo si tenemos en cuenta que de los estudiantes y egresados
de las facultades de comunicación son muy pocos los que se abordan en sus
productos mediáticos a la población negra o propenden por una mejora en sus
condiciones de vida.
Con algo
de incredulidad, pero aún con optimismo, dejé estos cuestionamientos a un lado
para aprovechar el evento. Dicho optimismo se fue reduciendo cuando entablamos
conversación con uno delos invitados que provenía de Bazán Bocana, zona rural
de Buenaventura, quien al igual que toda
la comisión que venía de su corregimiento, no contaba con experiencia en
utilización de TICS y por el contrario esperaban encontrar en este un espacio
de aprendizaje.
Después
de hacer un sondeo encontramos que de la totalidad de los asistentes (estimo
fue de unas 50 personas), no llegaba a 15 el número de participantes que contaba
con trabajos relacionados con comunicación, incluyendo a los colectivos Sello
Negro y Yenyeré, quienes no tuvimos una invitación directa.
Es
difícil imaginar que en un foro de comunicadores afro, estos sean una minoría,
y colectivos representativos de trabajo en medios de comunicación afro brillen
por su ausencia, como lo es el caso de la corporación Carabantú de Medellín y otros
colectivos del norte del Cauca y la costa atlántica, quienes hubiesen podido enriquecer
la discusión.
El segundo día esperaba que la organización permitiera un trabajo más fluido que el primer día, pero un personaje de la Consultiva Nacional, a quien no quiero invocar, llegó generando conflicto, reflejo de lo que sucede en los espacios de representación nacional, consecuencia de ello el foro tuvo un retraso de más de 2 horas, impidiendo avances considerables y terminando como siempre con una agrupación musical que se ha convertido en un atenuante para los asistentes a los eventos de carácter político.
En
términos generales el contenido de la parte académica no llenó las expectativas
de los comunicadores asistentes ni fue útil para los demás invitados quienes
desconocían los términos que allí se abordaban. En mi opinión se debió involucrar a las diferentes universidades que
cuentan con esta carrera, como la Universidad del Valle, la Universidad Santiago
que cuenta con un grupo numeroso de afrocolombianos, o la Universidad Abierta y
a Distancia UNAD en la ciudad de Palmira.
Desafortunadamente
espacios como este donde deberíamos estar todos los actores involucrados, no
cuentan con una participación representativa nacional, lo que reduce su
credibilidad y representatividad, e imposibilita la creación de una política
pública participativa para la visibilidad de la población negra, permitiendo
que otras personas quizá con intereses diferentes a los colectivos o tal vez con
menos conocimiento sobre comunicación o sobre comunidades negras tomen las
decisiones que nos afectan a todos.
En
cuanto a lo positivo cabe destacar es que en medio de esta “merienda de negros”
como diría el senador Jorge Durán, fue la presencia del director y el
subdirector de apropiación de Tics de MinTIC, quienes manifestaron su
disposición para generar acciones prontas en pro del fortalecimiento de las
comunicaciones a interior de las comunidades negras y dentro de las cuales está
un proyecto de ley que se debe aprobar antes de finales del 2013 que permitirá
a la población negra acceder a emisoras de radio de interés común como lo hacen
actualmente las comunidades indígenas según lo afirmado por Juan José Ramírez
subdirector de radio de MinTIC.