Ya llevan siete años tejiendo esperanzas de manera oficial. Este concurso comenzó como algo pequeño, con unas cuantas peinadoras, con poca difusión y con menos apoyo. En la mayoría de sus primeras versiones era visto como una actividad más que se sumaba a las tantas que se hacen a propósito del día de la afrocolombianidad.
Esta vez fue diferente, en esta ocasión se sintieron pasos de animal grande, un concurso que trasciende el ámbito de las peinadoras y que se está convirtiendo en otra cosa. En esta versión las concursantes estuvieron más rodeadas que nunca, más rodeadas de su gente y de gente ajena, más acompañadas de su música y de sus ancestros.
Hubo momentos en que se confundía el concurso con una fiesta y la gente se desbordaba de alegría al ritmo de las cadencias musicales del Pacífico. También hubo muchas personas tratando de robarse un pedacito de la tradición con sus cámaras fotográficas y de video, muchos de ellos profesionales, otros tantos no.
Esta peinadoras cada vez gozan de mayor reconocimiento y con sus manos tejen no sólo su tradición y su futuro, sino también la identidad de la ciudad, la cual reconfiguran con su manos y con cada trenzado.
Mucha farándula, pero también mucha tradición, la Asociación de Mujeres Afrocolombianas, Amafrocol , se lució este año en La Loma de la Cruz.
Que pareció un abre bocas del Petronio Álvarez? De pronto, pero no por su desarrollo sino por que poco a poco se está convirtiendo en un punto de encuentro del folclor afro y de la caleñidad.